La enseñanza virtual se ha desarrollado considerablemente en los últimos años para llegar hasta donde está ahora; y seguirá cambiando, resolviendo varios de los retos que aún presenta. En un inicio, la enseñanza virtual era solamente un complemento a la educación tradicional, en donde se encontraba la relación de tutor-alumno de manera presencial, por ejemplo, incorporando materiales en línea. Después, se realizaron cursos en línea, aunque en gran parte seguían la fórmula de un expositor hablando frente a una cámara. Ahora, tenemos plataformas más completas que permiten variadas funciones y un aprendizaje avanzado en línea por completo. Estas herramientas son interactivas, capaces de evaluar nuestras respuestas y, finalmente, otorgar retroalimentación personalizada.
Sin embargo, el uso de estas tecnologías conllevan cambios en la manera de aprender y las aptitudes necesarias que no son tan evidentes. ¿Cómo modifican la dinámica de enseñanza estas plataformas? ¿Qué aptitudes serán las que finalmente se necesite evaluar? Sin intentar prever un futuro incierto, planteamos desde el presente cómo queremos que estas herramientas se modifiquen y respondan a necesidades tanto individuales como sociales. Para ello, podríamos observar los retos que ya se han detectado; son varias las preocupaciones que han surgido, sobre todo respecto al deterioro de habilidades que se requieren para la comunicación interpersonal, la inteligencia emocional, el trabajo en equipo, entre otras. Veamos algunas de estas:
Interacción social vs aislamiento
La interacción social es uno de los aspectos que cambia considerablemente en las plataformas de e-learning, pues es una interacción mediada por completo por la tecnología, lo que implica otro tipo de intercambio y conexión. Esta interacción no solo cambia la dinámica entre el alumno y tutor, si no que también entre compañeros de clase. Se cree que una de las consecuencias del aislamiento es la desmotivación, pues podría no establecerse una relación estable de apoyo y compromiso como sucede en la interacción presencial día a día. Otra desventaja es que disminuye la colaboración y el trabajo en equipo de estudiantes, por lo que no hay un aprendizaje entre iguales. Además, se ha constatado cómo el aislamiento afecta en la salud mental y emocional, provocando una autopercepción negativa, estrés y ansiedad.
Considerando estos problemas, en la sala de clases virtual debe enfatizarse la participación e interacción entre estudiantes lo máximo posible. En contraste con una actitud receptiva del conocimiento, se espera que se ponga en práctica el conocimiento adquirido y desarrollar habilidades de comunicación oral y escrita.
Aumento de distracciones
Las plataformas de aprendizaje en línea se encuentran por lo general en dispositivos donde encontramos muchas otras aplicaciones de juego, redes sociales u otro tipo de ocio. Se sabe que muchas de estas aplicaciones están diseñadas para que el individuo pasé el mayor tiempo posible en ellas; son muy adictivas. Esto se vuelve un reto cuando, es el mismo dispositivo el lugar en donde tenemos que practicar habilidades retadoras que implican disciplina. Asimismo, muchas de las tareas o actividades requieren la utilización del internet, y es fácil terminar navegando en otros sitios que no están relacionados a la que era la primera intención de realizar la tarea.
Mayor tiempo frente a la pantalla
Estudiar en línea implica pasar más tiempo frente a una pantalla, lo cual puede perjudicar la salud si no hay cuidados para la salud y un balance de actividad física. Es importante limitar los periodos frente a una pantalla y optar por descansos constantes.
Como se mencionaba anteriormente, estos dispositivos nos atraerán para que pasemos el mayor tiempo posible en ellos, por lo que es importante ser consciente del tiempo que pasamos en ellos. Una ventaja es que herramientas educacionales también utilizan de estos métodos de engagement para mantener al estudiante activo y atento en varios casos.
Accesibilidad desigual
Se espera que la educación virtual sea accesible para todas las personas interesadas en aprender. Pero se sabe que está accesibilidad está condicionada muchas veces por factores socioeconómicos, pues no todos tienen las condiciones materiales necesarias. La accesibilidad varía en cada país. En México, el 70% de la población tiene acceso a internet, por ejemplo, mientras que en Estados Unidos esta cifra aumenta a un 97%. Esto marca una diferencia enorme en la sociedad y en el uso de estas herramientas, por lo que se busca que haya más paridad, de lo contrario la brecha entre sectores sociales aumenta.
Se nos ocurren muchos otros retos que la enseñanza virtual debe superar, pero lo dejaremos aquí por ahora. Pero antes, cuéntanos, ¿cuál ha sido tu experiencia con e-learning? Nos encantaría escucharte. Síguenos en nuestras redes y plataformas para estar al tanto de las nuevas entradas.